Exfoliar la
piel es uno de los pasos imprescindibles para mantener la piel limpia, libre de
impurezas y muy suave. Además activa la
circulación sanguínea y al retirar las células muertas e impurezas que se
encuentran habitualmente en la superficie de la piel, ayudamos a regenerar las
células nuevas. Se fortalece la piel y logramos darle mayor elasticidad. Por lo
tanto ayuda a rejuvenecer la piel, afinar las líneas, cicatrices y manchas.
La avena es un ingrediente muy útil a
la hora de preparar un exfoliante casero, ya que ayuda a desprender suavemente
las células muertas y contribuye a la renovación de los tejidos.
Contribuye a eliminar las impurezas
que se acumulan en los poros, como espinillas, comedones (puntos negros),
granitos, etc., limpiando en profundidad y ayudando en el tratamiento de pieles
grasas y con acné.
Gracias a su contenido en vitamina E, aporta propiedades antioxidantes, combate los efectos de los radicales libres
y contribuye en retardar y disminuir los signos del envejecimiento prematuro.
Los diferentes nutrientes que
contiene ayudan a mantener el pH de la piel y mejora los niveles de la emulsión
epicutánea, protegiendo el tejido de las agresiones externas.
1 cucharada
de avena
1/2 cucharada
de almendras molidas
1/2 vaso de
agua (destilada, hervida o mineral sin gas)
1 bol de vidrio
Moler los copos de avena
hasta obtener un polvo fino que tendrá la textura de harina. Esto se puede
hacer con un procesador de alimentos. Poner la harina de avena y las almendras
en el bol de vidrio.
Añadir agua hasta
conseguir una textura consistente. Aplicar en la zona que se desee exfoliar.
Retirar con agua tibia.
La avena exfolia y
suaviza la piel; las almendras aportan vitamina E y antioxidantes que
contribuyen a prevenir el envejecimiento de células y tejidos.
Las almendras potencian las propiedades de la avena, ya que aportan otros importantes beneficios para el cuidado de la piel.
ALMENDRAS
Mejoran la textura
de la piel dejándola humectada, hidratada y suave. Es recomendable en
pieles resecas, escamosas, ásperas y maltratadas.
Lubrica y protege
la piel.
Tiene cualidades
antiinflamatorias y suavizantes, por lo que ayuda a calmar la irritación y a mejorar las pieles sensibles.
Es uno de los
frutos secos con mayor aporte de vitamina E, convirtiéndola en un potente
antioxidante, protege la piel de los efectos dañinos de los radicales libres,
contribuyendo a prevenir y disminuir el envejecimiento de las células y
tejidos. Al proteger la piel contra los efectos de los radicales libres, se
produce un efecto anti edad, ya que también protege la elastina y el colágeno
que al deteriorarse dañan el aspecto de la piel.
Debido a que
estimula la producción de colágeno y elastina proporciona elasticidad y firmeza
a los tejidos, mejorando también las estrías y previniendo la aparición de las
mismas.
Rejuvenece la piel y
reduce los daños por la exposición solar.
Es un importante
agente nutritivo, de alta afinidad con la piel, que contribuye a darle
flexibilidad natural al tejido cutáneo.
El exfoliante indicado en la parte superior es una preparación natural, en ningún caso intenta reemplazar un tratamiento médico o
dermatológico.