Nuestras
manos están expuestas diariamente al contacto con microbios y bacterias.
Este
gel es ideal para llevarlo en la cartera y así poder aplicarlo en nuestras manos cada vez que sea necesario ya
que no requiere de enjuague.
4
a 6 cucharadas de gel de aloe vera
1
cápsula blanda de vitamina E
1
cucharada de agua de lavanda
1
cucharada de agua o extracto de orégano
1
cucharada de agua de romero
1
bol de vidrio
1
frasco con dosificador
Partir
las hojas de aloe vera necesarias para extraer 4 a 6 cucharas de gel. Para realizar
este procedimiento lo primero que tienes que hacer es lavar las hojas. Con un cuchillo cortar los bordes (para retirar las espinas) y luego abrirla
para retirar el gel.
Si
optas por una consistencia líquida extrae 4 cucharadas de gel, si prefieres un
gel más espeso extrae 6 cucharadas de gel de aloe vera.
Poner
el gel en el bol de vidrio. Agregar la cápsula blanda de vitamina E, el agua de
lavanda, el agua o extracto de orégano y
el agua de romero.
Mezclar los ingredientes en el bol hasta
lograr una mezcla homogénea. Verter la mezcla en el frasco con dosificador.
Agitar antes de cada aplicación.
La cápsula de vitamina E por su acción antioxidante ayuda a conservar por más tiempo este preparado. Sin embargo, si notas que se modifica el color, textura o aroma desecha el producto.
El aloe vera hidrata y regenera la piel; la vitamina E es un poderoso antioxidante; la lavanda tiene propiedades astringentes y antibióticas; el orégano es uno de los antisépticos más potentes que podemos obtener de la naturaleza, ya que elimina bacterias, hongos y parásitos; y el romero tiene propiedades humectantes, antiinflamatorias, tonificantes y antibióticas.
La cápsula de vitamina E por su acción antioxidante ayuda a conservar por más tiempo este preparado. Sin embargo, si notas que se modifica el color, textura o aroma desecha el producto.
El aloe vera hidrata y regenera la piel; la vitamina E es un poderoso antioxidante; la lavanda tiene propiedades astringentes y antibióticas; el orégano es uno de los antisépticos más potentes que podemos obtener de la naturaleza, ya que elimina bacterias, hongos y parásitos; y el romero tiene propiedades humectantes, antiinflamatorias, tonificantes y antibióticas.
ALOE VERA
Su contenido en mucopolisacáridos son responsables de la hidratación celular.
El aloe vera contiene vitamina E, que le otorga propiedades antioxidantes.
Nutre y revitaliza todas las pieles, pero especialmente las más secas y deshidratadas.
Esta planta tiene propiedades antisépticas y bacterianas.
Uno de los componentes del aloe vera es el fosfato de manosa, que ayuda en el tratamiento de heridas y cicatrices.
Colabora en los procesos regenerativos de los tejidos, ya que estimula la reproducción de células nuevas.
Por su poder analgésico y antiinflamatorio es muy eficaz para combatir dolores como la artritis. Si a todo esto sumamos que contiene ácido acetilsalicílico, obtendremos como resultado una disminución del dolor y de la inflamación que cursan los procesos reumatoides y artríticos.
CÁPSULAS BLANDAS DE VITAMINA E
Penetra en las
capas profundas de la piel y deja la superficie del cutis muy suave y terso.
Aumenta la
producción de colágeno, ayudando a mantener la elasticidad de los
tejidos.
Es muy útil en
pieles secas, ya que es un excelente hidratante.
La vitamina E
tiene la propiedad de reparar la piel y prevenir y disminuir la aparición
de manchas propias de la edad.
Los
antioxidantes presentes en este aceite protegen las células de la piel contra
el daño provocado por los radicales libres, disminuyendo la aparición de
arrugas y combatiendo el envejecimiento prematuro.
Protege de los
daños causados por la exposición a los rayos ultravioletas.
AGUA DE LAVANDA
El agua de lavanda tiene una acción menos
potente que el aceite esencial de lavanda pero goza de las mismas propiedades.
Activa el sistema circulatorio,
aumentando el flujo de oxígeno y nutrientes a las células de la piel, es un
gran regenerador de las células cutáneas reduciendo los signos del
envejecimiento.
Actúa como un potente antiséptico y antiinflamatorio, que puede
combatir las bacterias que causan infecciones, reducir la hinchazón y el
enrojecimiento.
Por su efecto regenerador de la
dermis, ayuda a mejorar las zonas dañadas por quemaduras o cicatrices, ya
que activa el metabolismo celular.
AGUA DE ORÉGANO
El orégano es muy rico en carvacrol, un antibiótico
natural, por lo que es conocido como “el antibiótico natural más poderoso del
mundo”.
El agua de orégano ayuda a
activar la circulación sanguínea.
El ácido ursólico y sus derivados presentes en el orégano, mejoran y refuerzan el colágeno cutáneo, consiguiendo una mayor
elasticidad de la piel y disminuyendo el aspecto de arrugas y manchas.
AGUA DE ROMERO
Es un excelente antioxidante, gracias al
aporte en vitamina A, C, E y del grupo B, previene contra el envejecimiento
prematuro.
Es un buen cicatrizante y antiséptico.
El ácido rosmarínico que contiene promueve la
regeneración celular.
Tiene propiedades descongestivas y
antiinflamatorias
El desinfectante
indicado en la parte superior es una preparación natural, en ningún caso
intenta reemplazar un tratamiento médico o dermatológico.
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