miércoles, 25 de mayo de 2016

EXFOLIANTE CON SAL


La sal común es una sustancia blanca, cristalina, muy soluble en el agua, que abunda en la naturaleza en forma de grandes masas sólidas o disuelta en el agua del mar y generalmente se presenta en polvo de cristales pequeños.

Existen muchos tipos de sal que se pueden clasificar según su procedencia,  siendo las más conocidas la sal de mar, la sal de roca y la sal vegetal.

La sal de mar,  es la sal procedente de la evaporación del agua de mar o manantiales; la sal gema o sal de roca, es una roca mineral llamada halita, que  se forma a partir de  la evaporación de agua salada, en depósitos sedimentarios y domos salinos. Esta roca  sufre un proceso de pulverización para después ser presentada como sal. Finalmente  está  la sal vegetal, que se consigue a partir de plantas, principalmente de algunas gramíneas y  se obtiene por concentración al hervirlas.

En ciertas culturas asiáticas la sal no sólo se usa como condimento, también se suele emplear  en  rituales de purificación.

En cosmética su uso como exfoliante es muy utilizado, ya que reemplaza los exfoliantes comerciales, que en algunos casos contienen químicos demasiado agresivos.

Ayuda a eliminar las células muertas y otras impurezas que se van acumulando como resultado de la contaminación ambiental.

Los exfoliantes con sal se tienen que usar con precaución, porque a la vez que exfolia en profundidad tiende a eliminar la humedad presente en las distintas células del cutis, resecándola en muchas ocasiones en exceso.

La sal de mar  conserva sus minerales naturales, que tienen un efecto neutralizante de los ácidos en el cuerpo, por este motivo suele emplearse disuelta para realizar baños relajantes.

El uso de este ingrediente durante el baño es ideal para desinflamar y relajar todo el cuerpo. Alivia los músculos cansados, el dolor en las articulaciones, ayuda a eliminar las molestias de la artritis y otros tipos de dolor articular o muscular.

Del mismo modo se suele emplear para hacer baños de pies caseros.

Para potenciar aún más los efectos del baño con sal de mar, se puede agregar otra variedad de sal conocida como sal de Epsom , que por su alto contenido de sulfato de magnesio, le otorga propiedades antiinflamatorias y facilita la eliminación de callosidades.

Además ayuda al cuerpo a eliminar toxinas y restablecer el equilibrio de los minerales.

EXFOLIANTE DE SAL Y ACEITE


1/2 taza de sal gruesa   
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de aceite de germen de trigo
1 bol de vidrio

Poner  la sal en el bol y agregar los aceites hasta cubrir toda la sal. Mezclar hasta que se forme una pasta. Aplicar el exfoliante antes de la ducha y masajear con movimientos circulares.

La sal es un producto natural mucho más abrasivo, por lo que como exfoliante actúa de forma más directa e intensa. Ayuda a absorber el exceso de sebo. El aceite de oliva y el aceite de germen de trigo le otorgan hidratación y suavidad a la piel, lo que equilibra este exfoliante.

Los aceites de oliva y germen de trigo aportan otros grandes beneficios a la piel.

ACEITE DE OLIVA

El aceite de oliva es uno de los hidratantes naturales más efectivos que existen. Potencian  la hidratación y ayudan a combatir la resequedad.

La presencia de vitamina K en este aceite le otorga propiedades para disminuir la apariencia de las estrías, marcas y cicatrices, ya que tiene la capacidad de reparar los tejidos dañados de la piel.

Por sus propiedades oleosas sirve como desmaquillador natural.

Por su aporte en ácidos grasos naturales y antioxidantes como la vitamina E, ayuda a disminuir y prevenir los efectos del envejecimiento prematuro.

Ayuda a mantener la elasticidad de la piel, aportando firmeza a los tejidos.

Por su contenido en vitamina K es útil para disminuir la apariencia de las “arañitas vasculares” (telangectasias) de la piel 

También por su aporte de vitamina K, se puede usar para acelerar la cicatrización de la piel y disminuir la hinchazón y moretones después de una cirugía. Además ayuda a hidratar los tejidos favoreciendo su recuperación.

ACEITE DE GERMEN DE TRIGO

Por sus propiedades oleosas sirve como desmaquillador natural.

El aceite de germen de trigo es muy hidratante.

Gracias a su contenido en vitamina E le aporta propiedades antioxidantes, ayuda a combatir los radicales libres disminuyendo los signos del envejecimiento prematuro.

Tiene grandes propiedades regeneradoras de la piel, ayudando a tratar cicatrices y marcas originadas por el acné.

Por su contenido en hierro ayuda a tonificar la piel.


El  exfoliante indicado en la parte superior es una preparación natural, en ningún caso intenta reemplazar un tratamiento médico o dermatológico.

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