lunes, 30 de mayo de 2016

ACEITES PARA PIEL GRASA


ACEITE FACIAL PARA PIEL GRASA

2 cucharadas de aceite de semillas de uva
1 cucharada de aceite de jojoba
1 frasco de vidrio

Verter el aceite de semillas de uva y el aceite de jojoba en el frasco de vidrio. Agitar para que los aceites se mezclen. Aplicar 5 gotas en el rostro con masajes circulares.

La mezcla de estos dos aceites ayuda a reducir el exceso de sebo en la piel. Estos aceites son muy ligeros, aportando la cantidad justa de grasa que la piel necesita.

ACEITE LIMPIADOR PARA PIEL GRASA

1 cucharada de aceite de ricino
1 cucharada de aceite de jojoba
5 gotas de aceite esencial de árbol de té
1 frasco de vidrio

Poner en el frasco los aceites y mezclar agitando el frasco. Aplicar en el rostro con un algodón. Retirar el exceso de aceite con agua tibia.

El aceite de ricino tiene propiedades antisépticas; el aceite de jojoba aporta la cantidad justa de aceite que la piel necesita y el aceite esencial de árbol de té sirve para tratar los granitos de acné leves.

PIEL GRASA

La piel grasa se caracteriza por el exceso de secreción sebácea, se distingue por su mayor espesor y la dilatación de los poros.

Su aspecto es aceitoso y brillante y por lo general está acompañada de impurezas como puntos negros (comedones) y espinillas (pústulas).

La piel grasa puede presentarse a cualquier edad, aunque es más frecuente en la adolescencia, como consecuencia de los cambios hormonales típicos de la edad.

Aunque el componente hereditario es sin duda el más determinante para tener este tipo de piel, ya que existe cierto vínculo entre el acné de los padres y la mayor probabilidad de que sus hijos resulten afectados, también puede ser debido a una reacción de las glándulas sebáceas a la producción de las hormonas llamadas andrógenos. Las glándulas sebáceas responden a las hormonas circulantes produciendo un exceso de sebo.

También son desencadenantes el  estrés, cosméticos comedogénicos, alimentación inadecuada,  etc.

Según sus características existen diferentes tipos de pieles grasas,  algunas de ellas son:

PIEL GRASA OLEOSA
La secreción de las glándulas sebáceas es importante, pero no demasiado relevante. La piel se presenta brillante y sus poros están  dilatados.

PIEL GRASA SEBORREICA
La secreción de las glándulas sebáceas es muy abundante, incluso puede ser considerada como una patología. Este exceso de sebo dilata las paredes de los poros.

Una alteración en la secreción de sebo también puede desencadenar la dermatitis seborreica, una condición inflamatoria de la piel común, en la que se forman escamas de color blanco a amarillento en zonas grasosas como el cuero cabelludo o en el interior de la oreja.

PIEL GRASA CON ACNÉ
Esta piel se caracteriza por la presencia de impurezas como puntos negros (comedones), espinillas (pústulas) y pápulas.

Las bacterias son las responsables directas de estas imperfecciones de la piel, ya que al acumularse pueden colonizar los folículos tapados, generando inflamaciones y lesiones severas e invasivas.

Este tipo de piel se encuentra en un gran porcentaje en adolescentes, pero en algunos casos, también puede afectar hasta los 30 años.

En casos graves de acné, la pared del folículo estalla en la fase tardía de la inflamación. Los lípidos, ácidos grasos, corneocitos, bacterias y fragmentos de células se liberan, causando inflamaciones extendidas y profundas en el tejido adyacente.

PIEL ASFÍCTICA, OCLUIDA O ASFIXIADA
Se caracteriza por que el sebo queda atrapado en los folículos pilosos. La grasa se solidifica dentro del poro, impidiendo la salida al exterior, produciendo un taponamiento de éste, produciendo micro quistes llamados miliums.

Esto ocurre por falta de riego sanguíneo, aunque también se puede ocasionar por la aplicación de cosméticos inadecuados,  presentando  un problema a la hora de liberar el sebo al exterior. Presenta zonas ásperas y zonas untuosas. Es una piel bastante opaca.

HIPERQUERATOSIS
Se produce un  engrosamiento de la capa externa de la piel (estrato córneo), debido a que se produce un exceso de secreción sebácea y las células muertas permanecen adheridas a la piel, originando un taponamiento del folículo piloso causando que la pared del folículo se abulte y produzca comedones cerrados o abiertos.

Las elaboraciones indicadas en la parte superior son preparaciones naturales, en ningún caso intentan reemplazar un tratamiento médico o dermatológico.

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